Me pierden las aplicaciones que usan sistemas magnéticos: limpios, silenciosos, y tremendamente eficientes (salvo por sus horribles ondas electromagnéticas). Esta vez, Florian Kräutli nos presenta una cortina formada por cientos de mini-imanes que al hacer un simple gesto con nuestra mano, se quedan fijándose entre ellos, manteniendo la forma de la cortina a nuestro antojo.
Encontrado en Yanko.