
Es bastante simple: una bola de cerámica alojada en un ensanchamiento en la base del vaso, para que con el gesto de movimiento circular (el que todo buen cafetero hace antes del último sorbo de café) mezcles el contenido de éste con el azúcar, bien sea café, té, u otra infusión. Al beber, la bola queda alojada en este hueco... (eso sí, me temo que con un culín de café)
Ideado por un par (2) de estudiantes franceses.
Vía.